Te esperé
con los guantes de látex
puestos
Y me dormí
de luna
llena
hasta el mediodía
Te soñé
en danza
en medio de un bosque de abedules sangrantes
Es que duelen
las certezas
del invierno
Te deseé
pensante
como al samurai que vendría a vengarme
Muerta de olvido
desgajé mi sexo
una madrugada
y te lo envié por correo
sin retorno
ESE 2004
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