Aquí vamos. En este sitio chateábamos con Fernanda, aquella locuaz y enloquecida valenciana con quien nos habíamos conocido en un foro de lesbianas con sede en México. ¿Letal el eje, no?: Distrito Federal- Madrid- Buenos Aires. Letal fue que viniera. Letales fueron esos cuatro días locos. Pero dejemos la historia para otro carnaval. A ver. Ja. Otro más que pide dinero. ¿Para chatear? ¿A dónde quedó la ética cibernética? En este sitio gay lésbico de ese barrio tan conocido de Madrid me piden, sólo para entrar a chatear, que mande un sms con un costo de 3 euros a este número de teléfono móvil que obvio, es de esa compañía española conocidísima por todos. Ni ahí. Julia, lo siento, pero tendrás que salir a caminar por dicho barrio y nada de punto com. A mirar chicas y a la marcha, que Madrid, dicen, tiene casi tanta noche como Buenos Aires. Ah, bueno. Que no te me pongas chauvinista, tía. ¿Y por qué no? Después de todo, algunos punto com punto ar, todavía propician la imaginación al poder, y en donde lo único que pagás son los costos de las sorpresas detrás de las web cams. Pero eso, eso aún forma parte de los códigos urbanos y cibernéticos. Hay códigos. Sí, queridos y queridas mías, aún los hay.
ese 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo comentario, aún hasta el más obsceno si es respetuoso, es más que bien recibido!!!