lunes, 9 de noviembre de 2009

Manos

Las manos. Las de dos de mis más amados amigos. Las manos tuyas, las mías. Las manos de mi madre. Las manos en un vuelatinta, las manos dibujando palabras ante un Oriente que me mira. ¿O acaso no es ésa la melancolía de lo primigenio? Y también, la energía del principio de los tiempos. Cuando aún no había palabras.

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