Los miedos apuñalan las palabras. La pandemia es una factura de Camus que se ríe desde el otro lado del Leteo. Y vos que no sabés cómo decir que nada puede seguir igual, y que hay que ventilar la casa y pasarle lysoform a los muertos del alma. Registro de un frío polar que nos devuelve una postal pero inaugura también el ascenso. No hay manera de seguir cayendo. Ni a propósito.
ese 082009
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