Es extraño. Sentí desde este ojo que no cesa de lagrimear que no quería. Que ya no más seguir zigzagueando visiones. Enmarcar palabras en otros nombres como si tuviera miedo o vergüenza de re-conocimientos. Es que ya no me importa que me leas ni leerte. Y esa es una certeza que abrió como un cincel. Es como la marca que me quedó en la cara. No poder pronunciar perfectamente también es dejar de nombrarte. Y no sólo a vos. También es borrar los nombres que aletearon en mis sucesivas felicidades durante todos estos veinticinco años. Nombres que asestaron la culpa en mi tercer ojo para no dejarme olvidar jamás el costo de una elección. Desde mi no- hijo hasta Lady Voldemort.
No más Teseos entrarán a dejarme otra marca. Soy dueña de mi Laberinto desde los tiempos primeros. No más Ariadnas que engañen. Como esta o como esa. Ninguna Otra.
Hola Sandra, antes que nada gracias por pasar a pintar en mi rinconcito.
ResponderEliminarMe dio la oportunidad de conocer el tuyo que está muy bonito.
Esta tu entrada tiene una fuerza intensa en las palabras, cada letra azota una puerta que parece necesitar ser cerrada de una vez por todas.
Suerte.
Un dulce saludo.
Gracias Sonia por pasar y dejar tu comentario. Y sí,hay fuerza por que hay palabras que traducen esas instancias contundente. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarNi Teseos ni Orfeos. Cada vez estoy más convencido de que cada uno crea su propio laberinto y su propio averno.
ResponderEliminarCada uno de nosotros conformamos, a veces, quién sabe por qué, una mitología ingenua y lastimosa. Y, a veces, aparece alguien que con astucia moderna multiplica nuestros laberintos y hace que Leteo se transforme en un océano imposible de cruzar.
Tatyana sufrió por la crueldad de Oneguin, Werther por Carlota.Pero nosotros tenemos un cuerpo bien concreto y un futuro que está ahí.
Si nos empeñamos en crear nuestro laberinto, también tenemos un paraíso del otro lado, sin Orfeos y sin Teseos.
Ernest,lindo...gracias por pasar,y gracias particualrmente por dejar el comentario.Creo q los laberintos a veces los multiplicamos con respirar solamente.Sin modernidades,te diría.Y sí coincido,claro.En casi todo.Te aseguro que a veces el futuro no existe.
ResponderEliminarSan Shan